sábado, 28 de abril de 2012

El Cine Club inicia su primer rodaje en la Biblioteca Alberdi


OTRA INTERESANTE OPCION EN LA CIUDAD
El Cine Club inicia su primer rodaje en la Biblioteca Alberdi



La película "Cinema Paradiso", de Giuseppe Tornatore", se proyectará hoy, a las 18, en la Biblioteca Alberdi, en la inauguración del Cine Club "Dos Miradas".
La presentación estará a cargo de Héctor y Luis Correa, y el ciclo "El cine que hay que ver" se desarrollará en forma quincenal. Y no tendrá costo alguno para los socios del centro cultural.
Héctor Correa manifestó a "La Nueva Provincia" que se eligió el citado filme a modo de homenaje a la sala para la exhibición de cine: en penumbras, en silencio.
"Tornatore, con esta película, realiza un verdadero canto lleno de ternura y nostalgia hacia el cine: recuerda a los grandes clásicos, divas y actores. Se describe, como nunca, el pueblo, la plaza y los habitantes de un lugar de Italia. Todos alrededor de un cine llamado Paradiso, un niño y un proyectista que se constituyen en el eje de uno de los finales, en la historia del cine", expresó.
Dijo que el cine está inserto en toda una evolución y en la trayectoria del hombre, de la cultura y del arte mismo.
Manifestó que mediante el Cine Club se busca volver a exhibir y mostrar el cine que se proyectaba otrora en las salas cinematográficas.
Luis manifestó que este fenómeno formó parte de sus vidas. "Nos formamos viendo películas norteamericanos y observando los distintas creaciones que se producían en otros países", expresó.
Recordó que en la ciudad existían tres cines. "Un sábado a la tarde y a la noche, y el domingo, en matiné, ronda y noche, encerraban un rito muy peculiar para toda la comunidad y para todos los jóvenes", expresó.
"El cine es una manera de reflejar y de ver la vida. Y por ello es único", expuso.

Lee la nota completa aquí:

martes, 17 de abril de 2012

BIBLIOTECA ALBERDI. POR QUÉ UN CINE CLUB




Una breve explicación acerca de lo que es un “Cine Club” merece que nos detengamos en algunos de los aspectos más relevantes de lo que constituye el fenómeno cinematográfico como expresión artística y no mero entretenimiento. La consideración del cine como arte es, a grandes rasgos, el origen del movimiento cineclubista a nivel mundial. Nace el “cineclubismo” como necesidad y como actitud frente a un hecho socio-cultural de extraordinaria expansión y profunda significación durante todo el s. XX. A mediados, y aún antes, de esta centuria y hasta la actualidad, el espectador cinéfilo o no comienza a ver cine con otros ojos, con otra mirada, y se inician los agrupamientos destinados a indagar, bajo la pregunta simple y elemental de ¿cómo se mira un film?, pregunta que encierra toda una postura existencial, y a tratar de deconstruir la obra fílmica con múltiples objetivos estéticos, técnicos, y humanos. El cine que se desarrolla en ciertos países de Europa (Francia, Italia, Alemania, Polonia, Checoeslovaquia, Hungría, Rusia, etc.) en las décadas del 40, 50 y 60 en especial, tratan de escapar de la influencia industrialista y mercantilista del cine norteamericano con un claro predominio universal, salvo las ricas e innovadoras producciones de un grupo de realizadores, muchos de ellos europeos, refugiados como consecuencia de la guerra, e incursionan en el estudio y la producción de un cine conceptual y estéticamente distinto, asentado sobre la concepción del hombre y del mundo del autor más que en su éxito comercial o taquillero, y por añadidura, en el lenguaje del cine, su gramática y su particular semántica.



Por supuesto, nuestro país, que hizo un cine desde sus inicios, a principios del siglo XX, fundado en la influencia esencialmente norteamericana, y en la década del sesenta, en el francés y en el italiano, dada la extraordinaria movida de los grandes directores de la Nouvelle Vague y del Neorrealismo italiano, no estuvo aparte de esta tendencia, y no sólo realizó producciones bajo esa estética sino que además la cultura argentina, por no decir porteña especialmente, pergeñó obras en el teatro, la pintura, la literatura y el cine, con clara influencia europea. Entre ellas la generación de varios cine clubes, como el “Cine Club Núcleo” y la revista “Tiempo de Cine” de honda significación y ascendiente en los autores y la crítica de nuestro país especialmente.



Ambos, trabajaron meticulosamente sobre el nuevo cine europeo, argentino, de detrás de la cortina de hierro, y en el rescate de ese grupo tan particular de directores norteamericanos, como Jacques Torneur, William Wyler, Frank Capra, Billy Wilder, o Alfred Hitchcock, de origen extranjero, así como los directores rebeldes, y aquellos artesanos que si bien respetaban los códigos hollywoodenses eran verdaderos creadores en el medio.

El Cine Club fue, entonces, una herramienta peculiar y muy propicia para conocer el origen y las características esenciales del lenguaje cinematográfico contribuyendo a valorar mejor el cine que vemos. La apreciación cinematográfica, y el aliento a las posturas críticas frente a la pantalla, se constituyeron en los ejes esenciales de estas instituciones que también fueron generadoras de un periodismo especializado fundado en muchas ocasiones en corrientes filosóficas y lingüísticas que profundizaron en el arte de la confección de guiones y la realización. Sobre esto cabe decir que los mejores críticos y periodistas de cine, y arte en general, surgieron en un alto porcentaje de estos cineclubes.
La Biblioteca Alberdi de Punta Alta ha asumido un claro desafío. Un Cine Club es un foro, es decir, un espacio no sólo desde el punto de vista físico, sino desde lo que entraña un debate, una mesa redonda, una discusión sobre un tema, y en este caso, sobre una obra de arte como es un film. Pero, no es sólo esto, lleva consigo una estructura, una organización, y un sentido institucional que hace que se lo dote de una entidad para su instalación y consecución de los objetivos que le da su razón de ser. Es una organización socio-cultural, portadora de una dinámica especial para el conocimiento, la educación y la formación no sólo sobre el séptimo arte sino también desde lo humano, si consideramos que la obra fílmica es la consecuencia de una tarea noble sobre una concepción del hombre y del mundo, tal como sucede con la literatura, la poesía o la pintura.

Punta Alta tuvo una importante experiencia, en este terreno, que se remonta a finales de la década del cincuenta con la aparición y organización del Cine Club Punta Alta, exhibiéndose el material fílmico en el viejo Cine Colón, para lo cual se contrataba todos los domingos a las diez de la mañana un proyectorista que se encargaba del manejo técnico de la máquina, y con integrantes que un día antes esperaban en la terminal de ómnibus las películas que venían embaladas en bolsas con los correspondientes rollos en sus latas. Así se pudieron apreciar obras del cine ruso, polaco, francés, italiano, sueco, clásicas y contemporáneas, Chaplin y los Hermanos Marx, como Bergman o Godard. Previo al comienzo de la proyección se repartían hojas con críticas extraídas de publicaciones especializadas o bien realizadas por los mismos integrantes del Club. De esta manera nuestra ciudad no estuvo exenta de participar del movimiento cineclubista que a nivel nacional y mundial generaban los distintos movimientos de la crítica y el estudio de este fenómeno, que así escapa a su encasillamiento como entretenimiento o mero fenómeno de masas para enfocarlo en su verdadera dimensión como expresión artística y de profundos contenidos.

Salvador Sammaritano

Luego, otros modos o prácticas llevaron a tratar de emular ese fenómeno cultural, pero fueron muy efímeros o circunstanciales, sujetos muchas veces al poder político de turno y a la burocracia cultural del momento. Hasta la creación del Club de Ajedrez, a mediados de la década del 80 que, bajo la concepción de la práctica ajedrecística como un arte tanto como un deporte, se inicia otra etapa para ensayar un esbozo de cine debate, que conjuntamente con el Premio Alfil, como hechos culturales, trata de incursionar en la consideración de un cine para el análisis y el estudio crítico de las mejores obras de la cinematografía universal.

Otras instituciones o movimientos, como el 4to. Diálogo del Movimiento Focolares, retoman con mucho esfuerzo y entusiasmo esa concepción, y en el Bar Central se inician foros de cine debate centrados en los valores y las concepciones humanísticas de las películas y sus autores como ejes para la discusión y la elucidación de los mejores fines para promocionar el diálogo entre las distintas creencias alrededor de la imagen y la metáfora fílmica. Toda una cabal experiencia sobre cómo el cine puede ser un interesante vehículo de acercamiento y afinidad entre hombres con distintos juicios y pensamientos.


Por último, ciertos requisitos se deben cumplir para que podamos hablar de un Cine Club. Primero que sea una cabal ayuda a la difusión del cine. Segundo que se logre cierta continuidad en el tiempo. Tercero que se le de una estructura para que se produzca el encuentro entre el espectador y el film, y una organización propicia para su desarrollo y sustento. Y cuarto se proponga la generación de debates, foros, publicaciones, crítica y estudios. Así, se verán cumplidos los objetivos sustanciales que le dieron significación y razón de ser, hacer del film un vehículo apropiado para el estudio del hombre y su obra, nada menos.

Héctor Correa
Punta Alta, abril de 2012

viernes, 6 de abril de 2012

CARNAGE. UN DIOS SALVAJE. LA DIALÉCTICA DE LA VIOLENCIA


Película: Un dios salvaje. Título original: Carnage. Dirección: Roman Polanski. Países: Francia, Alemania, Polonia y España. Año: 2011. Duración: 79 min. Interpretación: Jodie Foster  (Penelope Longstreet), Kate Winslet (Nancy Cowan), Christoph Waltz (Alan Cowan), John C. Reilly (Michael Longstreet), Elvis Polanski (Zachary), Eliot Berger (Ethan). Guión: Roman Polanski y Yasmina Reza; basado en la obra teatral homónima de Yasmina Reza. Producción: Saïd Ben Saïd. Música: Alexandre Desplat. Fotografía: Pawel Edelman. Montaje: Hervé de Luze. Diseño de producción: Dean Tavoularis. Vestuario: Milena Canonero. Distribuidora: Alta Classics. Estreno en Francia: 7 Diciembre 2011.

Filmografía de Roman Polanski:



Rower (corto, 1955)
Uśmiech zębiczny (corto, 1957)
Rozbijemy zabawę... (corto, 1957)
Morderstwo (corto, 1957)
Dos hombres con un armario (corto, 1958)
Lámpara (corto, 1959)
Gdy spadają anioły (corto, 1959)
El gordo y el flaco (1961)
El cuchillo en el agua (1962)
Ssaki (corto, 1963)
Les plus belles escroqueries du monde (1964, sólo un episodio)
Repulsión (1965)
Callejón sin salida (1966)
El baile de los vampiros (1967)
Rosemary's Baby (1968) o La semilla del mal.
Cinema Different 3 (1970)
Macbeth (1971)
¿Qué? (1973)
Chinatown (1974)
Le Locataire (1976)
Tess (1979)
Piratas (1986)
Frantic (1988) (Frenético)
Bitter Moon (1992) (Lunas de Hiel)
La muerte y la doncella (1994)
The Ninth Gate (1999) (La novena puerta)
El pianista (2001)
Oliver Twist (2005)
A cada uno su cine (2007)
El escritor fantasma (2010)
Un dios salvaje (Carnage) (2011)







Fragmento de Delirio a Dúo por Eugene Ionesco

ELLA: ¡La vida que me prometiste! Y la que me das! Dejé a un marido por seguir a un amante. ¡El romanticismo! El marido valía diez veces más, seductor! Él no me llevaba la contra estúpidamente.
ÉL: Yo no te llevo la contra por capricho. Cuando decís cosas que no son verdad, no puedo aceptarlas. Tengo la pasión de la verdad.
ELLA: ¿De qué verdad? Te digo que no hay diferencia. Esa es la verdad: caracol, tortuga, es lo mismo.
Él: De ninguna manera, No son el mismo animal.
ELLA: Vos si que sos animal. Idiota!
ÉL: La idiota sos vos.
ELLA Vos me insultás, imbécil, repugnante, seductor!
ÉL: Pero, escuchá. Por lo menos, escuchá.
ELLA: ¿Qué querés que escuche? Después de diecisiete años que llevo escuchándote. Diecisiete años ya, que me arrancaste a mi marido, a mi hogar.
ÉL: Pero eso no tiene nada que ver con la cuestión
ELLA: ¿Con qué cuestión?
ÉL: Con la cuestión que estamos discutiendo.
ELLA: ¡Se acabó! Ya no hay cuestión. El caracol y la tortuga son el mismo animal.
ÉL: No, no son el mismo animal.
ELLA: Sí, son el mismo.
Él: Todo el mundo te va a decir que no.
ELLA: ¿qué mundo? La tortuga ¿no tiene caparazón? Respondé.
ÉL: ¿Y qué?
ELLA: ¿el caracol no la tiene también?
Él: Sí. ¿Y qué?
ELLA: El caracol y la tortuga ¿no se encierran en su caparazón?
ÉL: Sí. ¿Y qué?
ELLA: La tortuga o el caracol, ¿no es un animal lento, baboso, de cuerpo curvo? ¿no es una especie de reptil pequeño?
ÉL: Sí. ¿Y qué?
ELLA: Entonces, ya lo ves. Yo pruebo lo que afirmo. ¿no se dice: Lento como una tortuga, lento como un caracol? Y el caracol, es decir, la tortuga, ¿no se arrastra?
ÉL: No exactamente.
ELLA: ¿no exactamente qué? ¿querrás decir que el caracol no se arrastra?
ÉL: Sí.
ELLA: Entonces, ya lo ves. Es lo mismo que la tortuga.
ÉL: Te digo que no.
ELLA: Testarudo, caracol Explicá por qué.
ÉL: Porque sí.
ELLA: La tortuga, es decir, el caracol, se pasea con la casa a cuestas. La construyó él mismo.
ÉL: La babosa tiene parentesco con el caracol. Es un caracol sin casa Pero la tortuga no tiene nada que ver con la babosa. ¡ah! Ya estás viendo que no tenés razón.
ELLA: Pero, explícame, zoólogo, explícame por qué no tengo razón.
ÉL: Bueno, porque...
ELLA: Decime las diferencias, si las encontrás.
ÉL: Porque... Las diferencias... también hay parecidos, no puedo negarlo.
ELLA: Entonces ¿por qué lo negás, a pesar de todo?
ÉL: Las diferencias consisten en que... En que... Es inútil, porque no querés admitirlas, y además yo estoy muy cansado. Ya te lo he explicado todo, no vamos a volver a empezar. Estoy harto.
ELLA: No querés explicarlo porque no tenés razón. No podés dar razones sencillamente porque no las tenés, Si tuvieras buena fe lo confesarías. Tenés mala fe, siempre tuviste mala fe.
ÉL: Decís tonterías, siempre decís tonterías. Vamos a ver, la babosa forma parte... O, mejor dicho, el caracol... y en cambio, la tortuga...
ELLA: Ay, basta! ¡Callate! Mejor será. No puedo seguir oyéndote divagar.
ÉL: Yo tampoco puedo seguir oyéndote. ¡No quiero volver a oír Nada!
ELLA: No nos entenderemos nunca.
Él: ¿cómo nos vamos a entender? No nos entenderemos nunca. (Pausa.) Vamos a ver. ¿la tortuga tiene cuernos?
ELLA: No me fijé nunca.
ÉL: El caracol los tiene.
ELLA: No siempre. Cuando los saca. La tortuga es un caracol que no saca los cuernos. ¿de qué se alimenta la tortuga? De lechuga. El caracol también. Por lo tanto, son el mismo animal. Dime lo que comes, te diré quién eres. Por otra parte, la tortuga y el caracol son comestibles.
ÉL: No se preparan del mismo modo.
ELLA: Y además, no se comen entre ellos. Los lobos tampoco. Porque son de la misma especie. Lo cual quiere decir, a lo más, que el uno es una variedad de la otra. Pero es la misma especie, la misma especie.
ÉL: Especie de tarada.
ELLA: ¿qué estás diciendo?
ÉL: Decía que vos y yo no somos de la misma especie.
ELLA: Podías haberte dado cuenta hace mucho tiempo.
ÉL: Me di cuenta desde el primer día. Ya era demasiado tarde. Debería haberme darme cuenta antes de conocerte. El día anterior. Desde el primer día, comprendí que no nos íbamos a comprender nunca.
ELLA: Tendrías que haberme dejado con mi marido, con el cariño de los míos, tendrías que habérmelo dicho, y dejarme cumplir mi deber. Un deber que era un placer de todos los instantes, de día y de noche.
Él: ¿qué idea te dio de venirte conmigo?
ELLA: Fuiste vos quien me arrastraste, ¡seductor! ¡hace diecisiete años! A esa edad no sabe una lo que hace. Abandoné a mis hijos. No tenía ninguno. Pero habría podido tenerlos. Todos los que hubiese querido. Habría podido tener hijos que me hubiesen rodeado, que habrían podido defenderme. Diecisiete años!
Él: Y habrán otros diecisiete! Diecisiete años más va a seguir dando vueltas a la máquina!
ELLA: Porque no querés admitir las evidencias. Empezando porque la babosa, seguro que tiene su casita escondida. Entonces, es un caracol. Por lo cual, es una tortuga.
Él: ¡Ah!, pero el caracol es un molusco, un molusco gasterópodo
ELLA: El molusco sos vos. El molusco es un animal blando. Como la tortuga. Como el caracol. No hay diferencias. Si asustás al caracol, se esconde en su cáscara, exactamente como la tortuga. Una prueba más de que son el mismo animal.
Él: Después de todo, me da lo mismo. Años enteros llevamos disputando por la tortuga y el caracol.
ELLA: El caracol, es decir, la tortuga.
Él: Como se te antoje. Ya no quiero oír hablar más de ello. (Pausa.) Yo también dejé a mi mujer. Claro, es verdad, que ya estaba divorciado. Uno se consuela pensando que eso le ha sucedido a muchísima gente. Uno no se debe divorciar. Si no me hubiera casado, no me habría divorciado. Uno nunca sabe.
ELLA: Ah, sí, con vos nunca se sabe! Sos capaz de todo. No sos capaz de nada.
Él: Una vida sin porvenir no es nunca otra cosa que una vida sin porvenir. Ni siquiera eso.
ELLA: Hay personas que tienen suerte. Los afortunados. Los desafortunados no la tienen.
Él: Tengo demasiado calor.
ELLA: Yo tengo frío. Éstas no son horas de tener calor.
Él: ¿ves cómo no nos entendemos? Nunca nos entendemos. Voy a abrir la ventana.
ELLA: Querés que me hiele. Me querrás matar.
Él: No quiero matarte. Quiero aire.
ELLA: Decías que había que resignarse a la asfixia.
Él: ¿cuándo dije eso yo? Nunca dije eso.
ELLA: Sí, lo dijiste. El año pasado. Ya no sabés ni lo que decís. Te contradecís.
El: No me contradigo. Son las estaciones.
ELLA: Cuando tenés frío, bien que me impedís abrir la ventana.
Él: Eso es lo que tengo que echarte en cara; que tengas frío cuando tengo calor, que tengas calor cuando tengo frío. Nunca tenemos frío ni calor al mismo tiempo.
ELLA: Nunca tenemos frío ni calor al mismo tiempo.
Él No. Nunca tenemos calor ni frío al mismo tiempo.
ELLA: Es porque vos no sos un hombre como los demás.
Él: ¡Que no soy un hombre como los demás!
ELLA:. No, desdichadamente, no sos un hombre como los demás.
Él: No. No soy un hombre como los demás, afortunadamente.
ELLA: ¡Desdichadamente!
Él: ¡Afortunadamente! No soy un hombre vulgar, soy un idiota. Como todos los idiotas que conociste. ¡No soy un cualquiera! He estado invitado en la casa de Princesas que iban descotadas hasta el ombligo y para tapar el escote se ponían encima chaquetitas, sin lo cual habrían estado desnudas. Tenía ideas geniales, hubiese podido escribirlas, me lo habrían pedido. Habría sido un poeta.
ELLA: Te pensás que sos más vivo que los demás; yo también lo creí, un día en que estuve loca. No es verdad, fingí creerlo. Porque me sedujiste, pero no sos más que un cretino.
Él: ¡Cretina!
ELLA: ¡Cretino! ¡Seductor!
Él: No me insultes. No vuelvas a llamarme seductor. ¿no te da vergüenza?
ELLA:  No te insulto. Te desenmascaro.
El: ¡Tortuga!
ELLA: ¡Caracol!
Delirio a Dúo
Eugène Ionesco
Año publicación: 1956




Acerca de los realizadores cinematográficos y el tratamiento que le han dado a la violencia en sus obras, ya sea aquella explícita y sangrienta como aquella sutil y difícil de registrar, ya hemos hablado mucho, y hemos tratado de resaltar las peculiaridades que se han manifestado en cada uno de ellos. Con esto queremos decir que no es lo mismo la violencia en manos de Spielberg o de Pakinpah que como la han visto Trufaut, Bresson o Michael Haneke. Múltiples factores de orden psicológico, cultural o social han condicionado esas miradas, inclusive consideraciones estéticas. La objetividad, se podría suspender, en función de la concepción del mundo y la ideología que impregna cada obra según su realizador.

En el caso de Roman Polanski, nacido en Francia el 18 de agosto de 1933, hizo sus estudios de cine en la Escuela Nacional de Cine de Łódź, en Polonia, donde también estudiaron directores, -excelentes realizadores- como Jerzy Skolimowski, Andrzej Wajda, Krzysztof Kieślowski, etc. En los inicios de la 2da. Guera Mundial, a raíz de su condición judía, sus padres emigraron a Cracovia, Polonia, lo que implicó una terrible experiencia que luego llevaría al cine.

No vamos a hacer una biografía de Polanski, que cualquier lector puede encontrar en sitios dedicados a ese menester. Sí, vamos a llamar la atención de la importante y fundamental influencia de la Escuela de Lodz, en definitiva el cine polaco y ruso, y la del cine francés, en especial la Nouvelle Vague con Jean-Luc Godard, François Leront, François Truffaut, Claude Chabrol, etc. Todos asumimos la importancia del movimiento francés en el cine universal, pero no podemos dejar de lado que en las décadas del 50 y 60 del siglo pasado las cinematografías polaca, soviética, checoeslovaca, húngaro o yugoslavo, tuvieron una gravitación estética de suma importancia.

El teatro del absurdo, su estética, recordemos que Ionesco es de origen rumano, volcó en el teatro la absurda lógica de una sociedad decadente donde la violencia cobra un protagonismo insospechado en gradiente, en subida, acrecentándose paulatinamente, reflejando los conflictos, la crisis y el caos de individuos aparentemente corteses y agradables, pero que encierran el germen, la génesis, de la enfermedad que late en sus propios hijos. La agresión va cobrando forma, los diálogos son la expresión cabal de la enajenación, las palabras no expresan lo que en realidad debieran expresar, el entendimiento se obnubila y nadie escucha a nadie y el dolor y la inconciencia, la indiferencia y la negación de la realidad se hacen dueños del hombre para sumirlo en la alienación unívoca y fatal. Este es el film de Polanski. Los lugares cerrados, los espacios que se tornan enfermizos, la absurda escenografía, la incongruencia de las actitudes y las conductas, encierran un sentimiento de total incomunicación e impotencia total ante los hechos y el mundo que los rodea. Los objetos más insignificantes se convierten en manifestaciones exageradas, en representaciones de comportamientos e inconductas, reflejo de la patológica confusión de la sociedad actual.



Uno de los personajes, Penelope Longstreet, menciona un ensayo que se encuentra escribiendo sobre Darfur, el conflicto de Darfur en Sudán, escenario de una guerra étnica, social y política jamás vista por su carácter sanguinario, guerra asentada sobre la falta del agua (el acuífero de Darfur), el hambre y las enfermedades. Mientras, la insignificante pelea de sus hijos, -uno de ellos pierde un diente- inicia una ilógica e irracional discusión donde se tocan temas como la homofobia, los fundamentos misóginos, raciales y llenos de prejuicios como parte de la agresividad del encuentro de los dos matrimonios.

En definitiva, esta comedia de terror, claustrofóbica y absurda, muestra el encierro en el cual se encuentran dos parejas, cuatro paredes donde las miserias de cada uno de ellos, y de cada matrimonio, Polanski relata como reflexión final e irónico testigo de la destrucción en la que se encuentra el hombre y sus instituciones sociales más preciadas pero a la vez más hipócritas, ya que son socavadas sistemáticamente por la mentira de un estado ético-moral impregnado de agresividad y violencia.

Héctor Correa
Punta Alta, abril de 2012

domingo, 1 de abril de 2012

CINE CLUB "DOS MIRADAS" EN LA BIBLIOTECA ALBERDI



La Biblioteca junto con la colaboración invalorable de los hermanos Correa está organizando un ciclo de Cine Club.

Comenzará el sábado 28 de abril a las 18:00 con una frecuencia quincenal.

La 1º película que se proyectará es : "Cinema Paradiso" (1987) del director italiano Giuseppe Tornatore, film muy emotivo, con mútltiples refererencias a la historia del cine.

Los socios de la Biblioteca no pagan entrada.